Llegamos de viaje a las 5 de la tarde, y nos lo habían recomendado ya que tiene la cocina abierta de 12.00 a 02.00. Las camareras muy atentas, y agradecemos su recomendación de pedir tapa en vez de ración, ya que las tapas son muy generosas y así pudimos probar varios platos.
Unas migas buenísimas, unas brochetas de langostino con fruta exquisitas y un solomillo sobre crema de boletus, acompañado de una patata panadera realmente te bueno. Para la peque, unas croquetas caseras muy buenas también. Para rematar un delicioso postre: tarta de queso con mousse de chocolate que nos sorprendió gratamente.
Estábamos de pasada, pero tenemos claro que si volvemos a parar en Cáceres, repetiremos seguro.