La atención de la recepción fue buena, los empleados atendian muy servicialmente dentro de sus posibilidades y muy amables.
En cuanto a la limpieza, fatal, el primer día parecía que la habitación estaba limpia y al día siguiente fuimos encontrando suciedad por los rincones, nada que fuera poca cosa que se puede pasar, en este caso un cubo de galletas con muchos blisters vacios de pastillas... y vamos estubimos una semana y nadie pasó a limpiar, tuvimos q pedir toallas limpias porque no pasaban, (quitando del penúltimo día que llamaron a la puerta por la tarde cuando estabamos dentro) , menos mal que somos gente limpia...
En cuanto al servicio de restaurante (bufet), buuff... mejor no hablar, fue horrible.
Primera la mesa te la pones y te la quitas tú, todos tocando hasta los mismos cubiertos...
Sigo la comida era d malísima calidad y habia poca variedad, quitando del desayuno que si habia variedad pero igualmente muy mala calidad.
Nosotros teníamos media pensión y con bajar un par de veces a cenar tuvimos bastante...
Por último, las mosquiteras estaban rotas y entraban bichos al comedor y la limpieza era un poco justa (los manteles están para tirar..)
Y en cuanto a la habitación muy antigua, la mia sin un armario normal donde organizar la ropa, si hace calor te asas y el baño sobre ser viejo le faltaban hasta azulejos...
Así y cuidado con las habitaciones abuhardilladas del 6to piso porque las ventanas son muy peligrosas para los niños y perros ya que caben por arriba de las pequeñas barandillas que están a nivel del suelo.
En fin, logicamente no volveremos, fue una muy mal experiencia, creo que no cuesta tanto hacer las cosas bien...
La ubicación muy buena!
(La nevera, tostadora y ventilador son mias..)