RESUMEN: Empezando por el final, una sorpresa espectacular. En serio. No me esperaba que algo tan "japonés" pudiera encajar así en una casa tradicional. Comida, servicios, atención e instalaciones de nivel. Con muchas ganas de que les vaya bien para que amplíen más la oferta. (Ojalá sean baños termales!) Ah, y probad el menú degustación si podéis, ¡y el desayuno japonés!
Ubicación: idílica y bucólica. Apartada lo justo para disfrutar de la naturaleza pero muy cerca de Solsona y, por ende, de Barcelona.
Instalaciones: Además de nuevas, con mucho gusto. Decoración japonesa integradísima en la "masia", lo que la hace aún más especial. 9/10
Habitación: muy bien equipada. Washlet (el retrete supermoderno japonés marca ROCA es alucinante), bañera, camas/futón supercomodos, la yukata (el kimono de verano japonés es la leche y es superbonito ponérselo y bajar a relajarse)... 10/10
Servicios: atención de 10, la piscina (vistazas), la zona de "chill-out" un lujazo. La atención de Tessin y de Nuri es de lo mejor, detallistas y siempre preocupados para que pudiera pasar una buena estancia (y, por lo que oí, con otros huéspedes también). 10/10
Restaurante: sorpresa mayúscula. Relación calidad/precio muy buena y la comida estaba muy rica. Ahora solo queda probar el Kinoko de Solsona. 9/10
Actividades: no pude disfrutar de ninguna de las que se ofrecían (pero espero poder ir en época de setas para a ir a buscarlas).