Un lugar especial en la isla. Bien ubicado pero lejos del bullicio del centro, este hotel está construido como un pequeño pueblo blanco, con habitaciones individuales cuidadas y limpias y preciosos espacios comunes.
La piscina es fantástica y los dueños absolutamente encantadores. Te cuidan; te atienden, son solícitos.
Sin duda, el hotel Macondo se ha convertido en mi lugar de referencia aquí y espero volver una y mil veces.
100% recomendado