Uno de los mejores hoteles en Praga. Cerca del castillo, con unas vistas preciosas pero con fácil acceso al centro, el paseo bajando los jardines es precioso. Nos quedamos con una niña de 6 años, y aunque es un hotel boutique tenían muchos detalles para niños (albornoces pequeños, jabones de niños..) El desayuno en la terraza merece la pena. Muy buenas recomendaciones para la cena.
- Wi-Fi gratis
- Restaurante
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