Lo mejor de este hotel es su ubicación, está a unos 200m de las galerías Krakowska, aunque sus precios son como los de un centro comercial de Europa, y a otros 200m en otra dirección del centro histórico de Cracovia. En la puerta para además el autobús que te acerca a las Minas de Sal de Wieliczka, que debes visitar si vas a esta zona de Polonia.
Las habitaciones están limpias y son grandes, varían de unas a otras, algunas tienen varias estancias, pero todas tienen su zona de cocina con lo imprescindible para hacerte alguna cosa rápida. También tienen sofá.
Las camas son cómodas, el único inconveniente es que es difícil tapar la luz y amanece muy pronto.
Se desayuna en el hotel de al lado, pues esto es un viejo edificio rehabilitado, con ascensor.
El precio también es muy bueno, la relación calidad/precio es muy buena.
Repetiría sin dudar.Más
- Wi-Fi gratis
- Restaurante