Desde el primer minuto muy bien asesorados y acompañados con una sonrisa. Nos presentaron los tipos de carne de la carta en una bandeja para que supiésemos qué escoger. La carne, deliciosa. De esas que se derriten en la boca. Nos atendió Viola, muy amable y atenta. Cuando volvamos a Bucarest, volvemos a Hot Stone.
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