Fez es una ciudad llena de bullicio y una intensa a la vez que floreciente actividad comercial, en contraste la entrada al Ryad Laayoun supone un misterioso conducto hacia un lugar idílico donde reina la tranquilidad y el reposo. Goza de una situación envidiable cerca de la puerta de R’cif lo que te permite visitar la Medina sin apenas desplazarte del Ryad.
En poco tiempo pronto comenzarás a sentirte como en tu propio palacio, esta sensación es acentuada por el reducido número de habitaciones que ofrece, algo lógico si tenemos en cuenta las impresionantes dimensiones de las mismas (incluso de las individuales). Esta impresión de familiaridad aumenta con el atento trato de los empleados del hotel, Ahmed la mujer cuyo nombre no recuerdo, especialmente el primero al dominar el inglés. Ahmed siempre afable y voluntarioso se desvive sirviendo a sus huéspedes, aunque en ocasiones parece que simplemente es un amigo tuyo echándote una mano, haciendo buena la frase de La Vida es Bella de Roberto Benigni “…ACUÉRDATE DE LOS GIRASOLES, SE INCLINAN ANTE EL SOL, PERO SI LOS VES DEMASIADO INCLINADOS, SIGNIFICA QUE ESTÁN MUERTOS, TU SIRVES, PERO NO ERES UN SIRVIENTE, SERVIR ES EL ARTE SUPREMO, DIOS ES EL PRIMER SERVIDOR, DIOS SIRVE AL HOMBRE PERO NO ES SIRVIENTE DE HOMBRES…” y sin duda Ahmed maneja este arte supremo a la perfección. Por supuesto el dueño Jean Claude también hace la estancia mucho más fácil haciendo gala de su buen humor. Un día quisimos cenar en el hotel y en seguida se encargó desde su teléfono de encargar los alimentos. Además, en todo momento te permite explorar el hotel con total libertad como desees y a la hora que sea.
La decoración es espectacular: azulejos muy trabajados y coloridos donde predominan los colores blancos y azules. La estructura se basa en un gran patio que hace las veces de comedor, en torno al cual se disponen distintas estancias a su a su alrededor, de éste patio nacen varios arcos entre columnas que sustentan las habitaciones de los pisos de arriba, otorgándole un aspecto totalmente tradicional y milenario. El edificio es coronado por una terraza con tumbonas, mesas y sofás donde recomiendo desayunar disfrutando de unas vistas sublimes con un colorido que os recordará a Tatooine, el planeta natal de Anakyn Skywalker en Star Wars.
Desde Laayoun nos pusieron en contacto con un guía que habla español MOHAMED, preguntad por él; es esencial si queréis disfrutar realmente de los secretos de la Medina, se trata de un licenciado en Historia y una persona muy culta, la cual no dudará en responderos no solo preguntas de Fez, sino relativas a otras zonas de Marruecos o al islam mismo.
En definitiva muy buena relación calidad-precio, sus cinco estrellas sin duda no son algo casual, sino causal.