Cuando reserves en este hotel no sólo estás reservando hospedaje sino también una experiencia única.
El Riad es realmente de 5 estrellas, todas las comodidades, el edificio tiene una calidad constructiva y detalles que no vi en otros Riads. Esta ubicado en una de las entradas de la medina, se puede llegar cómodamente en auto y desde este punto se puede fácilmente a todos lados de forma muy práctica.
Viaje con mi tía de 81 años, pedí por favor que nos den una habitación en planta baja o primer piso, sin problemas accedieron a otorgarnos una mejor opción por el mismo precio en primer piso.
Llegamos por la tarde, nos recibió Reibal, el propio dueño. No encontré mejor anfitrión que él en todo nuestro viaje por Marruecos.
El check in fue en el patio central (característico de la arquitectura islamica) con un plano de la ciudad y un té de bienvenida con pastelería Marroquí. Nos brindo una charla técnica e histórica de casi una hora. Te explica cómo moverte por la medina, que recaudos tener, nos sugirió varios caminos para poder andar sin problemas. Además, por mi interés, se tomó el tiempo de explicarme cómo había renovado este Riad, lo diseñó el mismo, teniendo en cuenta cada detalle y exponiendo todos los aspectos la típica arquitectura marroquí.
A nuestra disposición quedaron Omar e Iman, dos personas encantadoras que nos asistieron en todo momento. La atención es prácticamente personalizada.
El desayuno es muy completo, ofrecen dulces, salados, ensalada de frutas, jugo de naranja, etc.
Se puede cenar en el hotel si previamente avisas que plato te apetece, tienen un restaurante exclusivo para los huéspedes. Sin dudas uno de los mejores momentos es llegar de un largo día y que te consulten que deseas cenar. Los platos son espectaculares, de entrada siempre las típicas salsas y pan.
Nos ofrecieron hablar con Mohammed para realizar un tour personalizado por las afueras de la ciudad. Lo hicimos el segundo día y fue excelente. El auto de primera, nos fue relatando la historia de cada lugar que nos mostraba. Muy tranquilo y afable. Dentro del paseo destaco las vistas exteriores de la medina y la visita a la cooperativa de cerámica, sin dudas un paseo que deben tomar, y si es el primer día mejor para ir adentrándose en la cultura e historia de la ciudad.
Sin dudas voy a volver en algún momento de la vida, quede encantado con la calidad humana y el servicio brindado. Destaco a Omar e Imán que están pendientes en todo momento para que el huésped viva la mejor experiencia.