Su personal es de un trato exquisito, y sus dueños muy amables, educados y correctos. Las galletitas y el te de bienvenida están muy ricos. Su estilo es modernista o similar y eso no le quita que te sientas en Marruecos en un verdadero Riad, ya que nos explicaron que el tipo de jardín que tiene obedece a todo el patrimonio de conocimiento intangible que hay en la cultura marroquí sobre la orientación de las plantas que se disponen en dichos jardines. Tiene una alberca, una sala bella al lado del jardín un importante y alto techo, bellos cuadros y habitaciones de una decoración sofisticad y preciosa, el baño era lindo y sus champúes, toallas, etc estaban muy bien. Ibrahim es muy amable y nos ha recomendado bien para almorzar en el centro. Esta estupendamente localizado en una tranquila esquina de la medina donde hay un parking cercano y todo a mano pero algo separado del barullo, así que muy bien, nosotros pagamos una cantidad que para lo que hay similar en lujo, sería muchisimo mas costoso en Europa, pero dudo que se pudiese encontrar un Riad así por estos lados, pues los Riads son algo muy del Magreb.
El desayuno si me sorprendió por lo frugal y también que parecía que no había huevo para desayunar, a ver, yo puedo desayunar sin él, pero cuando en este bello país todo es dulce, algo salado te apetece, no? Bueno, igual la omelette, que les pedí... les quedó perfecta
Su azotea tiene buenas vistas pero es algo aburrida como un poco sin alma, pero el alma se la da la propia y bella ciudad de Fez con sus ropas volando en las cuerdas, sus antenas parabólicas y sus techos y azul cielo. Fez es maravillosa! Y los pajaritos de sus Riads, también. Bueno, eché de menos que no hubiese un buen gato viviendo en el Riad, si tuviesen gato domestico, ya sería perfecto!
Una cosa que vi, pero no tuvimos tiempo es que tiene una carta de masajes y tratamientos de Spa a precios razonables, pero que no probé...habrá que volver!