Este magnífico y precioso riad se encuentra dentro de la Medina, muy cerca de Bab Guisa, una de las muchas puertas de la Medina de Fez. Esta puerta concretamente está justo al lado de Marinid Tombs, impresionante cementerio del siglo XIV desde donde hay una vista impresionante de la Medina, especialmente al atardecer. El hecho de estar el riad muy cerca de una de las puertas de la ciudad, al Noreste de la Medina concretamente, pero no en zona bulliciosa, resultó ser una gran ventaja para nosotros puesto que teníamos el parking vigilado para nuestro coche alquilado al lado del hotel (día y noche por solo 20 dirhams/día aunque luego nos enteramos de que el hotel se hacia cargo de pagar a los vigilantes) y disfrutábamos de una gran tranquilidad por no haber ruidos, ni grandes concentraciones de turistas alrededor. Sin embargo, a pesar de estar en la periferia, la localización es excelente ya que está a pocos minutos andando de la parte central de la Medina (aunque ésta es grande, las distancias son asequibles) Además, andar y perderse en la Medina es incluso necesario para olvidarse del mapa y el reloj. En cualquier caso, con Google Maps (o Maps.me si no tienes tarjeta de datos marroquí) te orientas perfectamente por la Medina sin necesidad de guías pesados que te conducen siempre a las “mejores tiendas de artesanía” justo las de los que les dan mejores comisiones. Ahmed, el atento dueño del riad, nos diseñó muy amablemente un recorrido perfecto para visitar la Medina en 1 día. Nos explicó sobre un plano de papel, un magnífico recorrido consistente en coger un “petit taxi” en Bab Guisa hasta el barrio judío, justo en el otro extremo de la Medida por unos 15-20 dirhams (1 €=10.45 DH) y volver andando siguiendo una ruta que incluye los lugares más turísticos de Fez).
En cuanto al riad, todo excelente. Limpieza de laboratorio de la NASA, hasta el punto que ni siquiera saqué las zapatillas para estar en habitación, era tal el placer de pisar el limpísimo suelo mosaico de colores, precioso. La comida fabulosa. Habíamos planificado visitar diferentes restaurantes seleccionados entre los mejores de Tripadvisor pero tras probar la harira y los tajine del hotel la primera noche, empezamos a pensar que sería muy difícil superar el placer de comer tales maravillas y además en un entorno tan relajante y de tanta belleza. Porque he de aclarar, que las fotos difícilmente reflejan la belleza y el buen gusto de la decoración de las habitaciones, el patio central y de las estancias dónde te sirven las comidas (en nuestro caso sólo cenas). La última noche, durante la cena, un trio formado por laúd, violín y percusión interpretó durante 2 o 3 horas música tradicional marroquí: una delicia para los oídos, la vista y el paladar.
El personal del riad, muy amable y atento siempre, te hace sentir como en casa. En resumen, una experiencia inolvidable que merece ser repetida.