Preciosa la habitación, muy cordial la atención en general, la comida muy buena, ubicación muy céntrica a dos cuadras del barrio Lastraría, ligar entretenido para pasear, en el ultimo piso tiene un terraza en la cual tienes muy buena vista.

El mejor hotel de Santiago. Elegante, cómodo, agradable, bien atendido, a pasos de restaurantes, museos, parques ......; en fin, todo lo que uno pueda esperar, es superado.
El Hotel cuenta con todas las comodidades. Es una experiencia única el estar en un Hotel nuevo, con todas las comodidades, y al mismo tiempo vivir el ambiente de lo que implica el estar en un edificio de 1900, construido por uno de los arquitectos de mayor renombre mundial.

Nos encantaron la decoración (años 20-30) del edificio y de las habitaciones, amplias e iluminadas. La comodidad de las camas y la óptima aislación de las habitaciones en un lugar ruidoso se agradece nos permitieron un reparador descanso.
El bar (cócteles originales y tradicionales muy ricos) y la cocina, muy buenos. El desayuno, excelente también. Se nota que el énfasis está en los detalles.
Las vistas desde la terraza son maravillosas, ideal para un pisco sour en una tarde de verano.
El personal muy atento, no decaigan por favor.