Después de una semana en Perú, tomando ceviche, comida criolla y otras cosas típicas de la zona, una noche nos apetecía algo tan casero como un par de huevos fritos. En el hotel nos recomendaron este sitio y, aunque no estaba en la carta, nos hicieron unos huevos con patatas fritas estupendos. No esperen lujos pero la comida es de buena calidad, muy bien elaborada, la atención esmerada y el precio fantástico. Como para ir todos los días.
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