Es uno de los restaurantes del Nusa Dua Beach Beach Hotel & Spa en Bali. Es espectacular como todos los restaurantes de este Resort, El tema sobre el que ha sido edificado es el bambú. Tiene tres niveles sin paredes y con vista al mar. El diseño ha respetado varias palmas que se elevan entre el bambú formando parte del ambiente, Tiene numerosos saloneros, cada uno más atento que el otro. Espacios amplios entre mesa y mesa todo perfectamente iluminado y en perfecto equilibrio. Un bello bar eficiente sin ser excesivo en su tamaño. Éramos 4 adultos y mis dos nietos de 3 y 2 años. Para ellos, el maitre trajo de inmediato el menú para niños con figuras para colorear en el reverso. Y un cofre de crayones con lo que se entretuvieron sin molestarnos ni a nosotros ni al resto de los comensales. El menú es variado y consta de platos netamente balineses como la carne Rendang que fue mi escogencia, y también de fusión como los ravioles rellenos de salmón ordenados por mi esposa. En el nivel inmediatamente superior al nuestro, un artista originario de Malasia interpretó canciones internacionales acompañado solamente por su guitarra, a un volumen preciso para ser disfrutado y sin ninguna estridencia. En fin, una velada perfecta en un restaurante excelente.
Termino con dos observación que es el motivo por el que le asigno 4 estrellas y no 5 como debió ser: La lista de vinos. Sin tratar de restarle mérito a los vinos Malasios, un lugar como este exige vinos si no de primera, por lo menos aceptables. El único vino extranjero de la lista era un Cabernet Sauvgnon Errazuri chileno. Y no lo tenían. Debimos conformarnos con un Shiraz que se anunciaba como de Sudáfrica y resultó envasado en Malasia. El otro elemento es la lentitud del personal. Hay muchísimos saloneros pero hay que estar llamándolos a cada momento para que traigan desde el agua hasta los platos fuertes.