Las playas de Herzliya son deliciosas, la ciudad es elegante y apacible. Y el Hotel Daniel esta inmejorablemente ubicado y ofrece una propuesta ambiciosa de spa, playa y confort.
Pero se queda corto: no le falta nada, tampoco le sobra. Y nada esta pensado para hacerte la vida facil. Tenes que tomar dos ascensores para ir de un lado a otro, la atencion es correcta pero no amable, no todos los empleados hablan ingles, no tiene estacionamiento propio y la galeria de negocios esta en permanente refaccion.
Eso si, el desayuno es la tipica opulencia gastronomica israeli. Prohibido quedarse dormido y que se te pase la hora.Más
- Wi-Fi gratis
- Piscina