Era valor casi seguro pq lo eligieron nuestros amigos de Trogir sabiendo que era de los mejores de la ciudad. El tiempo acompañó y pudimos cenar en la terraza interior que tienen en el piso alto, muy agradable (la decoración interior es algo "kitch"). Aunque me aconsejaron probar la carne, opté por unos calamares rellenos de cigalas y prosciuto. Espectaculares. Los precios quizá un poco altos, sobre todo los vinos (es lo que tiene ser español, que tenemos la suerte de tener buen vino y buen aceite de oliva a precios asequibles). Algo parca la elección de postres, pero los palachiques estaban muy ricos. Convendría que pagaran una traducción de la carta al español algo mejor que la que proporciona Google Translator, pero nos reímos un rato
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.