Estuvimos hace un par de semanas alojándonos una noche en las jaimas del Hotel Nomad Palace en el desierto. Tras la llegada al hotel, donde nos recibieron como es usual con un té, nos dejaron una habitación para los 4 que integrábamos el grupo, en donde poder relajarnos o ducharnos antes de partir en dromedario hacia su jaima en el campo de dunas. Sólo decir que el desagüe de la ducha no tragaba. Por lo demás, creo que no me confundo si digo que las sábanas de mi cama en la jaima no estaban recién cambiadas, tenían arena y fue muy desagradable dormir en ellas. (Una buena idea, que quizás no todo el mundo comprenda, es la de que te entreguen unas sábanas limpias y seas tú mismo quien se haga la cama antes de irte a dormir, ahorrándote una experiencia tan desagradable). A la mañana siguiente, de vuelta al hotel nos ofrecieron un desayuno que sino era del día anterior llevaba muchas horas hecho: torrijas duras, brioche con hormigas, zumo no natural (muy extraño en Marruecos según mi experiencia)... El wifi no funcionaba tampoco.