El hotel es pequeño, pero su ubicación es bastante buena, se encuentra a 50 mtrs de samara y a menos de 5 min en carro de playa carrillo.
La atención del personal es muy buena, a pesar de ser poco, fueron colaboradores y serviciales. Muy buena atención por parte de Doña Inés la aseadora.
La comida sabe muy bien, solo que el menú no es muy variado, por lo que tuvimos que ir a cenas afuera para comer otras cosas que no ofrecían.
La señal wifi es muy deficiente, buena velocidad pero poco alcance.
El hotel es agradable y se puede pasar el tiempo bien, lastima que haga falta que le den un poco de mantenimiento, por ejemplo, en la habitación teníamos la cama individual que daba miedo porque estaba tan floja que parecia que se iba a quebrar, el televisor tenia una raya en medio de la imagen, el ventilador de techo no funcionaba y la regadera no trabajaba bien. Al hotel en general fuera de las habitaciones le falta pintura.
El área de la piscina esta MUY descuidada, el suelo de madera flojo, el área sucia y no le daban el cuidado requerido, la piscina es bonita solo que no es muy apta para niños por su profundidad.
El parque es muy pequeño, tanto así que la última noche cuando llegamos no había espacio y tocó dejarlo ahorillado en la calle afuera, cosa que nos disgustó mucho. Son más habitaciones que espacios en parqueo.
En resumen el hotel me gustó pero puede mejorar más.