La mejor cafetería en la que he estado de Costa Rica.
A la vez que me tomo un café en su jardín tengo al lado una pequeña rana roja que salta de maceta en maceta, y, sobre mí, un perezoso que ya es el segundo día que veo en ese árbol.
Por si eso fuera poco, el local, que practicamente tiene libros por paredes, es cómodo y dan ganas de quedarse allí toda la mañana disfrutando de los geniales desayunos que tienen (muy abundantes, y todos ellos con una fruta genial).
Por último, y lo más importante de todo, las personas que lo llevan son encantadoras. Se preocupan de que estés a gusto, te muestran los animales que hay en el jardín ya que son los primeros que disfrutan de su presencia, y es increíble la felicidad que desprenden y que contagian.
Además, tienen servicio de alquiler de bicicletas (importante en Puerto Viejo para ir a Punta Uva y a Manzanillo), y servicio de colada (devolviéndote la ropa seca, que aquí en Costa Rica, con lo húmedo que es el país, se agradece mucho).
100% recomendable