Si buscas una experiencia gastronómica este no es el lugar adecuado, más bien lo contrario, la comida es muy limitada, así como los cuartos, que a pesar que tienen una cama, ventilador y baño propio, el mobiliario es muy antiguo y pasamos un calor insoportable. No había armario y el baño apestaba a desagüe. La calidad del sueño es mala. Uno de los días nos despertaron a las 6 de la mañana porque estaban con la desbrozadora podando el jardín. Un jardín, por cierto y unos alrededores magníficos. Nos levantábamos y veiamos colibríes, armadillos y monos. Estás en constante contacto con la natura.
El atendimiento de recepción muy limitado. Tuvimos algunos problemas con la logística de los días siguientes por eso tuvimos que hacer unos tramites desde el hotel y realmente nos ayudaron poco, pero no por desinterés o sino por falta de profesionalidad. Claro que como uno se encuentra en una zona rural, aislada y de difícil acceso, las exigencias en este sentido disminuyen.
Dos puntos a favor son la piscina y el happy hour. El camarero que nos atendió fue super simpático con nosotros los 3 días que estuvimos.
Por el precio que pagamos creo que el transporte en barcos podría estar incluido, por lo menos poner una barca a disposición al día para los huéspedes.Más
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