El hotel es antiguo pero muy bien restaurado. Un poco oscuro en general. Mantiene los viejos pisos de granito en las áreas públicas y el parquet en las habitaciones, al igual que el placard. El mobiliario podría ser mejor. La ubicación es muy cómoda para desde allí moverse a cualquier punto. El personal de la recepción podría ser más cordial si tuviera ganas. El desayuno en el 7mo piso es muy bueno (les faltó huevos revueltos). La habitación es pequeña pero más la ducha! Increíblemente mide 50x50. Incomodísima! La cama y almohadas muy bien. Desde el lobby, hay acceso directo a "La Fonte D´Oro", ubicada en la esquina.
- Wi-Fi gratis
- Bar/Salón