Espectacular casa de quesos y fiambres escondida en Tandil, se merecen las perfectas críticas que tienen.
Es verdad que los precios son un poco mas caros que en otros lugares, pero es una casona de casi 170 años restaurada para ofrecer los productos de montones de productores locales.
Además, detrás tiene un patio para comer, muy preparado para el turismo, pero hay que ser sinceros, está genial la experiencia.
Joya imperdible en Tandíl, época de Quesos.
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