La gestión del hotel deja mucho que desear. Desmerece claramente la belleza arquitectónica del hotel y la historia impresionante del mismo. En diferentes compañeros que estábamos allí durante una semana como asistentes en un acto de empresa, se acumularon diferentes experiencias malas. Intentar cobrar la habitación directamente en la tarjeta de crédito cuando aún no se había acabado la estancia y además estaba prepagada mediante voucher, bloqueo de la habitación impidiendo entrar en la misma alegando impago (sin avisarte aún cuando estábamos en sus instalaciones en una convención), desaparición de toda tu ropa por un fallo del aire acondicionado que tiene fuga de agua y empapa la maleta (imagine volver a la habitación después de la jornada y sin que te avisen, ver que no tienes nada de ropa), y que para mayor Insatisfacción no te devuelvan la ropa limpia y seca hasta tres días después; que no te hagan la habitación durante todo el día; que se dejen el estropajo de limpieza en el lavabo o que te intenten cobrar la habitación en el Check out aunque ya estaba prepagada.
En su favor, excelente comida en todos sus restaurantes y belleza arquitectónica.