Nos encantó el hotel: la habitación espectacular, de 10, no le faltó ni un detalle. La piscina y zonas comunes bastante accesibles y acogedoras. La decoración del hotel magnífica, peculiar y diferente. El personal muy amable; desde los recepcionistas, Miguel y Dave, los camareros/as, personal de limpieza... hasta las monitoras del mini club, Sire y Joaquí, nos trataron como en casa. Destacar que los desayunos estaban deliciosos, variados y hechos con productos de 1ª calidad. Sin embargo, con las cenas no se lucieron tanto. Pero, en general, un hotel diferente y especial.Más
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