Lidotel es una excelente propuesta para una estadía ejecutiva, de negocios, o en pareja en la capital. Está muy bien ubicado. Sus instalaciones son impecables, y su personal destaca por la vocación de servicos y la buena atención, desde el personal del valet parking hasta el gerente del hotel. Hubo un percance al momento del check in y supieron resolverlo de inmediato.
La habitación que me asignaron estaba en el piso VIP 14, destacando la privacidad, la amplitud y la comodidad. El lugar de descanso inigualable, excelente cama, lencería, decoración, aire acondicionado, iluminación tenue, imposible no disfrutar del descanso como debe ser. El baño con jacuzzi, todos los detalles de aseo personal, agua caliente, ducha y batas de salida de baño le dan un toque de elegancia y exclusividad.
Aunque no cuenta con piscina, tiene otras áreas que se pueden aprovechar muy bien, como el sauna, vapor y el súper gimnasio, uno de los más grandes que he visto. Para quiénes disfrutan horas en el gym y no deseen lugares concurridos, este es el lugar. Me encantó este gimnasio.
Los desayunos son variados, así como las opciones para cenar. Todo estuvo excelente.
Una de las mejores cosas es la atención del personal del restaurante, quiénes se esmeran por atender y complacer al huésped hasta el último momento. Hago especial mención a quienes nos atendieron el fin de semana, Richard Reales y José Godoy. Valoro muchísimo la cercanía y atención del Sr. Martín E., gerente del hotel, quién en varias ocasiones demostró estar al tanto de cada situación que se presentaba, alineado con el personal que labora y gestionando los inconvenientes, siempre pendiente de la satisfacción del huésped y atento a la operación de todo lo que ocurre en las instalaciones.
Sin lugar a dudas volvería a Lidotel, puedo recomendarlos como una excelente opción en la ciudad. 20 puntos.