Soy un viajante de los venezolanos de a pie que suelo, resaltar lo positivo del lugar que visito y minimizar, en lo posible las deficiencias encontradas, porque mi interés es dar a conocer las bondades de mi país para que mis compatriotas lo visiten y lo disfruten como lo hago en unión de mi familia. No soy profesional del turismo, menos comerciante del mismo, como algunos "analistas" que escriben en la prensa, publican guías e incluso difunden información por tv, pero manipulan la información que publican, en la medida que tengan un provecho económico de la misma.
Hecha la anterior aclaratoria, procedo a describir nuestra experiencia en el Hato "El Cedral".
Como solemos hacer mi esposa, nuestra hija y esta vez acompañados del esposo de ésta, para evitar las interminables colas en la vía y las aglomeraciones en las zonas de playa, optamos, una vez más, dirigirnos al llano a pasar Semana Santa 2016. Organizamos un viaje al Apure, con una noche en un sencillo hospedaje en Achaguas, tres días y dos noches en el conocido Hato El Cedral, para finalizar con tres noches en la modesta posada "Don Rafael" en el balneario La Macanilla a orillas del caudaloso río Capanaparo. Pues bien, nuestra estadía en dicho hato fue agridulce.
LO DULCE: Se trata de una extensión de más de 50.000 hectáreas cuadradas, a 15 Km de Mantecal que se le puede llegar con cualquier tipo de transporte, en la entrada, además de la existencia de un puesto de la Guardia Nacional Bolivariana, tienen un personal que "chequea" al visitante. Después de recorrer, aproximadamente 7,5 Km por una carretera engranzonada con abundante agua a ambos lados y cientos de chiguires en la vía, se llega a un espacio cerrado donde además de 25 habitaciones amplías (con aire acondicionado, tv internacional, camas bien equipadas, una neverita, baño y guarda ropa), tambien tienen una recepción amoblada con un pequeño busto del expresidente Chávez Frías en mármol, un comedor algo angosto pero largo con ventilador incluido, una mini piscina con unas pocas mesas y sillas de plástico, una churuata donde venden cerveza y una que otra confitería, una cancha de bolas criollas y un extenso pero cerrado jardín donde abundan mamones, robles, mangos y árboles menores, un matadero, corral para los caballos y habitaciones para el personal que trabaja. El resto del Hato, está compuesto de largos y anchos esteros, lagunas, pozos, pequeños bosques, carreteritas, caminos, trillas y millones de aves, miles de chiguires, bábos, caimanes entre otros el del Orinoco, serpientes, entre otras la Anaconda, osos palmeros, venados, búfalos y abundante ganado vacuno, y un largo etcetera. Es decir, todo un espectáculo para visualizar y escuchar sonidos. Apropiado para niños y adultos, sobre todo provenientes de las grandes ciudades donde la fauna sólo se ve en los televisores, parques cerrados, donde los animales y aves se encuentran en situación de encierro y con muy poco espacio para movilizarse. No debemos dejar de lado, la amabilidad del guía, el chofer del "camión", los obreros y las señoras de servicio, excelentes todos.
LO ÁCIDO: Al llegar nos recibió una señora, asumo que se trata de una gerente, porque, ademas de estar en la recepción impartía una que otra orden que los empleados se disponían a cumplir, pues dicha señora, JAMÁS se identificó y a cada pregunta o solicitud nuestra, recibíamos como respuesta una frase cortante y en gestos que notaban molestia....cuando en realidad, nosotros habíamos PAGADO una cuantiosa suma de dinero y solo pedíamos la información mínima necesaria para la estadía en aquel lugar. Al asignarnos las habitaciones a mi esposa y a mi nos correspondió la No 9, en la cual, el bajante de la poseta nunca funcionó y el control remoto del televisor jamás nos lo entregaron a pesar de hacer las respectivas solicitudes. Pero lo peor fue que servicios ofrecidos y pagados con antelación como los paseos a caballo (a pesar de hacernos inscribir en una lista, hasta dos veces, para supuestamente organizarnos) NO LO CUMPLIERON, con el agravante que un señor, supuestamente encargado de los mismos, en una de las veces que se le requirió, dijo que ese día no lo haría porque estaba "enratonao" . Para concluir lo desagradable, diremos que los recorridos en "camión" los realizan sin control y algunas veces llevan a los visitantes dos veces al mismo sitio sin justificación alguna. En el caso nuestro, nos correspondían tres recorridos, en los dos últimos montaron en el transporte casi el doble de la cantidad de personas que aquel medio podía cargar cómodamente y literalmente fuimos trasladados como "cochino pal matadero" todos apretujados e incómodos y por supuesto muchos de pie, no porque lo quisieran, sino porque no habían puestos disponibles. El viaje en bote, fue una soberana burla, apenas 8,4 minutos, después de transitar como 45 minutos por una polvorienta carreterita.
En lo relacionado con la comida, estas son repetitivas, no hay variedad, aquello parecía un comedor escolar o militar, donde todos comen lo mismo, adicionalmente, en las cenas, solo agua colocan...caramba ni tan calvo ni con dos pelucas.
Todo esto nos lleva a la siguiente conclusión: NO HAY PROPORCIONALIDAD ENTRE EL SERVICIO QUE PRESTAN Y EL PRECIO QUE COBRAN. Ofrecen y cobran un servicio cinco estrellas y prestan uno común y corriente. Aquello es, en esencia una ESTAFA al usuario y los organismos competentes deben intervenir para regular el precio a los niveles de lo que prestan o para exigir mejorar el servicio a los precios que cobran
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RECOMENDACIONES.
Lo apropiado es que en estos establecimientos coloquen funcionarios que sepan tratar con público, es decir, personas educadas, diligentes y respetuosas, además cumplir eficazmente con lo ofrecido en el paquete, de lo contrario, debieron devolver en efectivo, el porcentaje relativo a lo no cubierto. El descontento pudimos percibirlo en otros visitantes y, en resumidas cuentas, todo lo que ofrecen no lo cumplen y lo que cumplen no lo hacen eficazmente, por lo demás el deterioro físico de la estructura es evidente y progresivo, lo lamentable es que se trata de una expropiación para establecer una experiencia agroecológica y turística socialista. Situaciones como las sucedidas, de no enmendarse en lo inmediato, indefectiblemente darán como consecuencia una progresiva disminución del turismo hacia ese atractivo hato y sería lamentable que muchos venezolanos se pierdan esta maravilla ecológica y con ello, sería insostenible dicho proyecto, porque en la situación actual el Estado no está en capacidad de mantenerlo y...tampoco debe hacerlo.
Víctor Palacios Vargas, orituqueño, prof universitario, jugador de bolas criollas e viajante por este inseguro pero hermoso país.