Esta posada es lo máximo, la calidad y calidez que uno recibe no bastan las palabras, ya había venido el año pasado y volví para celebrar el día d ellos enamorados, no me defraudó…excelente todo. Recomiendo la habitación 8 aunque todas son muy buenas. El personal muy amable y la comida buena. Mi pequeño paraíso lo decrete, regresare varias veces…los detalles en la habitación son hechos con amor, se nota. Vale cada dólar que se pague…que placer ver cosas así en esta crisis, gente aún con ganas d e hacer la diferencia…los felicito…