Visité este pintoresco pueblo a la orilla del mar y quise ir al sitio mas tipico e informal a comer lo mas tipico y promocionado: la langosta. No me asusté porque ya habia leido sobre el sitio: sin cubiertos, todos se hablan gritando, no se sabe quienes atienden, te sirven en una caja de catón, y debes tener suerte para encontrar donde sentarte en una de las 5 mesas del lugar. La langosta a muy buen precio y excelente. Te venden la langosta entera hervida y tu la vas abriendo y sacando la carne. Es una experiencia diferente a todas y además disfruta de una deliciosa langosta.
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