Fuimos mis hijos y yo al Iberostar Punta del 1 al 4 de noviembre, nos habían comentado que era un hotel muy bonito, con excelente comida y una muy buena atención.
Muy bonito y muy grande, con ampleas áreas verdes y bonitas instalaciones, EXEPTO las habitaciones SIMPLONAS Y MUY SOBRIAS.
De pésima calidad, no tiene buen sazón y el colmo TODOS LOS DÍAS LO MISMO. Los restaurantes de especiales que es donde supuestamente se esmeran más, WACALA insípidos y sin creatividad. La comida que llevan a la habitación por el room service PEOR, sin sabor a nada.
Sin sabor alguno, mal preparadas, PARA NADA QUE HAY lo que te dicen en la información del hotel, es más terminan cayendo mal en el estómago.
Personal bueno, PERO EXCELENTE el señor ADRIÁN encargado de dar el pan en el restaurante el Nopal, lo hace a uno sentirse mejor que en casa, amable, cordial, se nota que ama su trabajo.
También el Jonathan el salvavidas de la playa y Francisco que pone las sombrillas en la playa, verdaderamente saben tratar parejo al mexicano y extranjero. De limpieza en el área de áreas públicas ISRAEL, muy muy amable, aún que no era su responsabilidad se acercó muy cauteloso a preguntar si ocupábamos algo, si queríamos alguna limpieza especial en nuestra área de la alberca, muy muy amable y eso como huéspedes nos hace sentir bien.
La playa está hermosa, un mar muy tranquilo, apto para todos.
Por último servicio de concierge PÉSIMO, eso y atiéndase y resuelva usted mismo es igual.
Iberostar nos quedaste a deber mucho por el pago. NO VUELVO