No puedo estar más contento de haber alojado en este hotel.
Es un hotel familiar con pocas habitaciones situado en la calle 39 entre la 38 y la 40, a 1 minuto caminando del parque Francisco Cantón Rosado.
Es una casa que durante varias generaciones ha pertenecido a la misma familia y sigue conservando la misma arquitectura tradicional.
Según se entra, un pasillo con plantas conduce hasta un jardín con una gran frondosidad de vegetación, muy bien cuidado y que es uno de los puntos fuertes. Es en este jardín donde se toma el desayuno. En un lado hay un jacuzzi.
Las habitaciones están distribuidas unas pocas entre la planta baja y la primera planta. La habitación que yo había reservado, una junior suite deluxe, estaba en la primera planta. Enorme. Con un vestíbulo con espejo, una sala a continuación con mesa, sillas, cómoda, 2 espejos, minibar, para pasar finalmente a la habitación bastante grande: cama king (muy cómoda), mesitas de noche, jacuzzi, TV plana con Netflix, enchufes USB, escritorio con espejo, caja fuerte, armario, plancha, ventilador, aire acondicionado, albornoz y zapatillas, paraguas. El cuarto de baño igualmente amplio, ducha incluida, con gel, champú, pastilla de jabón, loción corporal, secador de pelo.
Fuera de la suite hay un par de salas comunes también decoradas con objetos de época.
La señal Wifi para internet me pareció buena. Dependiendo de la zona del hotel en la que esté uno, se utiliza una red wifi u otra.
El desayuno se toma a partir de las 7 de la mañana. Incluye zumo o café, fruta (que puede ser con yogur y cereales), chocolate frío o caliente (el chocolate caliente estaba delicioso), pan de molde tostado con mantequilla y mermelada, un plato típico mexicano diferente cada día, un dulce típico. Muy bueno y suficiente para comenzar el día con buen pie.
Por último, se pueden contratar tours, bien a través de una agencia que se llama México Go Tours, o bien a través de unos taxis que tienen una serie de itinerarios definidos y que fue la opción por la que me decidí.
De precio me resultó magnífico teniendo en cuenta la calidad y el servicio prestado en el hotel. Si se paga en efectivo hacen un pequeño descuento.
Por último, destacar la amabilidad del personal.
En definitiva, que si volviera a Valladolid en alguna ocasión, volvería a tener en cuenta este hotel para alojarme.