Visitamos este lugar alrededor de las 2-3 pm. Después de que Civitatis y Real´s Tours NYC nos dejara tirados por la mañana, pues no pasaron a recogernos, la verdad es que, como dice el refrán, "no hay mal que por bien no venga". Porque lo mejor de Nueva York es recorrerla caminando, sin prisas, sin atascos. Así que visitamos el Distrito Financiero de sur a norte, paseamos por el Puente de Brooklyn hasta Dumbo, nos hicimos la correspondiente foto de rigor del Puente de Manhattan desde Washington St. con Water St., y después entramos en este sorprendente y muy original centro comercial. Había exposición de cuadros de arte contemporáneo interesantes, almorzamos muy bien (¡había mucho donde elegir!) y bebimos cerveza. De precio bien, en fin, en la media de Nueva York. Nos atendieron estupendamente y había muchos sitios para sentarse después de recoger las bebidas y la comida (puedes decidir dónde quieres hacerlo). Un ambiente muy agradable, con una iluminación que me encantó, ni muy estridente, ni muy chillona. Fue toda una sorpresa. Además, el lugar donde está situado es muy pintoresco.