Se trata de un hotel pequeño (10 habitaciones), con una decoración basada en distintas películas; de hecho cada habitación tiene el nombre de un película. Situado entre Ribadeo y Barreiros, muy cerca de la playa de las catedrales a donde se tiene acceso sin necesidad de reserva previa con un pase que te facilitan en el propio hotel.
En este verano tan difícil por la pandemia del coronavirus, las medidas contra el coronavirus eran cuidadosamente cumplidas.
Pero lo más importante, aparte de la belleza del hotel y el enclave, es el acogimiento tanto de la dueña, Cristina, como de las personas que trabajan allí.
Cada tarde se podía saborear el olor de los bizcochos que Elvira preparaba para el desayuno que al día siguiente nos servía Maria Antonia y en el que se incluía la posibilidad de yogur de elaboración casera.
Todos los días nos preguntaban si necesitábamos alguna información para visitar los lugares cercanos y si se lo pedíamos, se encargaban de reservar mesa en alguno de los restaurantes.
Ha sido una semana maravillosa, en la que hemos cargado "pilas" para este invierno que tan difícil se prevé.
Nuestro deseo es que siga así y podamos volver en un futuro no lejano
Jacinta LandaMás
USD 37

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