Tenía muchos años sin encontrar un sitio en donde no encontrará algún detalle os situación desagradable, pero con Stevie Wonderland ocurrió, por donde empezar te reciben Stephen y Anita dos posaderos que te reciben con una calidez que te hace sentir como si estuvieses en tu casa todo bajo uno espacios agradables respetando la naturaleza, las habitaciones una belleza con todo el cuidado y la limpieza que es primordial para todo huesped, camas vestidas con sabanas y cubrecamas limpias, almohadas para escoger, sistema de Directv, un reproductor de CD para los que gustan de la música, algunos libros,agua caliente,etc.
Una piscina prístina y sin limitación de horarios, la confianza en sus huéspedes donde le permiten que puedan servirse cervezas y agua y sencillamente vas anotando lo que vas consumiendo.
En la mañana tienen café servido para que disfrutes mientras esperas tu desayuno.
Es recomendable llevar repelente de insectos porque a veces en el área de la piscina son molestos.
Y para cerrar con broche de oro se ofrecieron voluntariamente a llevarnos hasta el embarcadero del Sunsol.
Lo único que puede ser un inconveniente para algunas personas es la distancia que hay hasta la playa que son como cinco minutos a pie, pero en mi caso no me desagrada para nada, la caminata es segura.