Restaurante de carta muy corta y pretenciosa. En primer lugar, intentamos reservar a las 15h y el personal nos advirtió que llegáramos algo antes ya que justo a esa hora cerraban cocina. Procuramos estar a las 14 y media, no obstante observamos como llegaba gente al restaurante a las 15.15h siendo debidamente atendida. En cuanto a los platos, si bien se apreciaba la calidad del producto y buena ejecución (pedimos de entrante bacalao con papada, y dos segundos, arroz y vieiras con albondigas) no estaban acordes al precio, pues la cantidad era escasa. Tengamos en cuenta que éramos dos personas y por un entrante, dos segundos, un postre a compartir y un vino se nos cobró 93€, nos pareció caro y no quedamos del todo llenos. Por otro lado, nos ha parecido que un restaurante que pretende tener cierta categoría dada la oferta gourmet, se nos cobre el agua filtrada, es un feo detalle. Por último, el servicio, siendo correcto, es demasiado frío y poco atento. Todo ello facilmente mejorable, pues la calidad de los platos, insisto, es francamente buena.