Hotel apartado por lo que es bueno para el descanso ya que no hay ruidos. Se puede aparcar tranquilamente en las inmediaciones del hotel.
Las playas están muy cercanas por lo que no es necesario coger coche y hay tiendas y supermercados muy próximos.
Nosotros estuvimos en la zona Serenity y la verdad que merece mucho la pena, desconozco como es la zona estándar pero merece la pena pagar un poco más.
El personal es muy amable y te hacen muy grata la estancia sobre todo el personal del comedor.
La limpieza es buena, cambio de toallas, ropa de cama, etc.
El buffet de la cena es variado y merece la pena.
El desayuno deja mucho que desear, bien es cierto que este año con el COVID, había muchas restricciones pero creo que se podía haber mejorado mucho. No tenían leche caliente, no sacaron fruta hasta que se lo pedimos. Era muy repetitivo. En el hotel solo había españoles y sacaban alubias y croquetas para desayunar (no sé quien hace ese desayuno en España, supongo que muy pocos) Había días que se formaban colas enormes para desayunar ya que solo había una persona para servir, (a un minuto por persona...) La persona que servía, sudaba tinta china pero te daba los buenos días con una sonrisa en la boca, lo cual se agradecía.
En nuestra estancia fue lo peor con mucha diferencia, estoy seguro que cuando pase la pandemia, el desayuno mejorará pero lo que nos toco a nosotros fue bastante decepcionante.