Mucho abandono, poco cuidado, cero mantenimiento. Sucio. El quincho solo tiene mugre, nada más, por eso nadie lo usa. Cuelgan ahí adentro las toallas cuando las lavan. Cosas viejas, rotas, tiradas por todo el predio. ¿Qué les costaba juntarlas y tirarlas? A las habitaciones les dan una repasada al piso, nada más. Las toallas son viejas, tienen años, por lo cual las usás 2 veces y ya tienen feo olor. Y te las cambian cada 3 días, nada más, por lo cual al tercer día ya tienen vida propia. Lo mismo las sábanas. La vajilla te piden que la dejes limpia, y está bien, pero eso quiere decir que cuando entrás quedó como la dejó el huésped anterior, cero protocolo covid ni nada por el estilo. El baño estaba sucio, con pelos. El colchón es finito y recontra vencido, deberían incluir sesiones de quinesiología para la espalda. No hay wifi. Supuestamente hay en la recepción, pero la recepción solo abre de 10 a 15 y fuera de ese horario está cerrada con llave, por lo cual los huéspedes quedan solos en el apart librados a su suerte. Le pedí la clave del wifi y me dio la del restaurant de al lado, que además no llega hasta el apart. Un chiste. La verdad, una pena. Entiendo que venimos de una pandemia, pero le falta ponerle ganas.