De lujo en todos sus detalles. Desde la presentación de la mesa (la cual prepararon en un momento a última hora), hasta el momento de pagar y decir adiós, ha sido una gozada probar su menú con esa fusión de sabores, texturas y colores, productos de calidad y presentación exquisita. Recomiendo probar sus entrantes tal y como te lo exponen, mezclando los sabores que a priori no te parecen que encajen, está todo absolutamente delicioso!!! Odio el melón y me tome su sopa fría de melón… una gozada para tus papilas gustativas, un festival de delicias en tu boca. El principal en su punto exacto y producto de primera calidad y todo ello bañado con un vino de la tierra incomparable. Para finalizar probamos su postre con interrogante, lo saboreamos con gusto intentando descifrar su ingrediente sorpresa, oooh! Nunca imaginaría cuál era, una vez que me lo dijeron, mi cerebro termino por explotar de tantos talentos en platos tan pequeños a la vista pero que te llenan más que otros muchos y que disfrutas con gusto.
Cabe mencionar el trato extraordinario de todo el personal, todos y cada uno de ellos, chapó. Profesionales, amables, cercanos. Una experiencia VIP a un módico precio, calidad en el producto, la presentación y en el servicio. de verdad ha sido un lujo y una experiencia inesperada pero que repetiremos con gusto cuando volvamos por la ciudad…
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