La ubicación del hotel, es inmejorable. Frente al lago de Patzcuaro, con vistas a las islas de Janitzio y Yunuen. Cerca de Tzinzunzan, y de Patzcuaro, calificados como dos de los 111 Pueblos Mágicos de México. A sólo cuatro horas de CDMX por una carretera excelente. En el camino pude visitar El Oro y Tlapujahua, otros dos pueblos calificados como "Mágicos", sin desviarme del camino.
El hotel es fantástico. Muy pocas habitaciones garantizan el trato exquisito de todo el personal. Te hacen sentirte un cliente realmente especial, querido, cuidado.
Los detalles del hotel, desde la grifería a los pomos de las puertas, desde el cuidado del jardín hasta el conservar a una adorable burra - Bartola- como mascota. Las sábanas, los edredones, los cubiertos, las flores, el jardín.
Las habitaciones (vi tres) son especiales...Troje del Lago es el antiguo embarcadero. Cómo e íntima como no he estado en ninguna en mi vida (y he viajado -mucho- por todo el mundo)
Los desayunos, comidas y cenas...con una vista especial, un sazón especial y un servicio excepcional.
Una relación calidad precio inmejorable...
No me cabe la menor duda de que -muy pronto- volveré.Más