No suelo escribir para hablar mal de ningún sitio, ya que respeto profundamente el trabajo y el esfuerzo de la gente ante todo; aunque en este caso me veo casi obligado por una serie de cuestiones que este local debería tener en cuenta.
Su carta esta muy mal estructurada, es limitante y limitada e incita a confusión total (si vais lo entenderéis rapido).
Por otro lado, ni dudo del “slow food” que promueven y de la calidad del producto que trabajan, pero si de las capacidades de cocinar los mismos, puedo asegurar que todos y cada uno de los platos que pedimos tenían graves errores básicos de cocina que poco tienen que ver con los gustos o cuestiones subjetivas. Como ejemplo rapido dire un uso excesivo de mantequilla en todos y cada uno de los platos, poca cantidad en los platos y otros muy aguados por mal descongelado(tartar de atún en concreto).
Nuestra digestión fue imposible, habiendo comido muy light .
Invito a este lugar a replantear su cocina e instruirse en técnicas de cocción profesional y no en un “cocino bien en casa me hago chef” porque hay gente con exigencias culinarias altas y proporcionales a los precios que tienen (altísimos para lo que ofrecen), que cuando salen de su restaurante se sienten muy pesados de estomago y muy ligero en los bolsillos y sobretodo con un gran defraude por sombrero.